jueves, 27 de mayo de 2010

Tumores benignos:
Su nombre acaba en el sufijo -oma; simplemente, y según el origen del tejido del que procedan los tumores benignos, pueden ser: fibroma (tejido conjuntivo fibroso), mixoma (tejido conjuntivo laxo), lipoma (tejido adiposo), condroma (tejido cartilaginoso), osteoma (tejido óseo), hemangioma (vasos sanguíneos), linfangioma (vasos linfáticos), meningioma (meninges), tumor glómico (tejido nervioso de sostén), leiomioma (tejido muscular liso), rabdomioma (tejido muscular estriado), papiloma (tejido epitelial formando papilas), adenoma (tejido glandular), teratoma (células totipotenciales), nevus (melanocitos)
Algunos de los tumores benignos derivados de tejido epitelial terminan con el sufijo "adenoma" porque el tejido epitelial de origen forma glándulas, si bien tenemos que tener en cuenta que existen múltiples excepciones a las normas de nomenclatura tumoral. Por ejemplo: El tumor benigno de melanocitos se denomina Nevus o nevo, y su forma maligna, Melanoma.

Tumores malignos o cáncer:
Los cánceres que derivan de los tejidos mensenquimatosos o mesodermo se denominan sarcomas (del griego sarcos, "carnoso"); por ejemplo: fibrosarcoma, mixosarcoma, liposarcoma, condrosarcoma, osteosarcoma, angiosarcoma, lifangiosarcoma, sinoviosarcoma, leiomiosarcoma, rabdomiosarcoma.
Las neoplasias malignas de origen epitelial, derivadas de cualquiera de las tres capas germinales del embrión, se denominan carcinomas; por ejemplo: carcinoma epidermoide o escamoso, carcinoma basocelular, adenocarcinoma, cistoadenocarcinoma, coriocarcinoma, carcinoma de pene.

Los tumores que proceden del tejido nervioso son los gliomas (realmente no se trata de un tumor derivado de células nerviosas, sino de uno de los tipos celulares encargados de su sostén, las células gliales, el tejido "conectivo" del cerebro, por así decir).
Los cánceres hematológicos son los linfomas y las leucemias, siempre malignos (derivados del tejido linfoide y el mieloide respectivamente).
Los tumores malignos que no cumplen las reglas anteriores y acaban en -oma, son: el melanoma, el hepatoma, el seminoma. También están los mesoteliomas, que se originan en las membranas serosas (pleura, pericardio, peritoneo), y que pueden tener componente epitelial o mesenquimatoso.

Conceptos semejantes al cáncer

Neoplasia

El término neoplasia: significa de acuerdo a sus raíces etimológicas: "tejido de nueva formación".
"Neoplasia" se aplica generalmente a los tumores malignos (proliferaciones de células con comportamiento rebelde); aunque puede emplearse de manera genérica, donde significará simplemente "tumor".
Las enfermedades o lesiones cuyos nombres tienen el sufijo oma indican neoplasia, como por ejemplo adenoma, osteosarcoma, leiomioma, lipoma, melanoma, etc.
Existen, en resumen, dos tipos de neoplasias, que son las benignas o tumores benignos y las malignas o cáncer (neoplasias rebeldes).

Tumor

Inicialmente, el término tumor, se aplicó a la tumefacción, hinchazón, "bulto" o aumento localizado de tamaño, en un órgano o tejido. Incluso, el concepto aún se aplica cuando se dice que los cuatro signos cardinales de la inflamación son "tumor, dolor, calor y rubor". Con el transcurso del tiempo se olvidó el sentido no neoplásico de la palabra tumor y en la actualidad el término es el equivalente o sinónimo de neoplasia; y por lo tanto, se dice que hay tumores benignos y tumores malignos.

Cáncer

La palabra cáncer deriva del latín, y como la derivada del griego karkinos, significa 'cangrejo'. Se dice que las formas corrientes de cáncer avanzado adoptan una forma abigarrada, con ramificaciones, que se adhiere a todo lo que agarra, con la obstinación y forma similar a la de un cangrejo marino, y de ahí deriva su nombre. Se considera a veces sinónimo de los términos 'neoplasia' y 'tumor'; sin embargo, el cáncer siempre es una neoplasia o tumor maligno.

Oncología

El término oncología proviene del griego "onkos", tumor. Es la parte de la medicina que estudia los tumores o neoplasias, sobre todo malignos.

Tipos de Cáncer:

Cáncer Cervical
Cáncer de Cabeza y Cuello
Cáncer de Células de los Islotes
Cáncer de Células de Transición de Pelvis Renal y de Uréter
Cáncer de Colon, Recto y Ano
Cáncer de Conducto Biliar
Cáncer de Corteza Suprarrenal
Cáncer de Cuello
Cáncer de Endometrio Uterino
Cáncer de Esófago
Cáncer de Estómago
Cáncer Gástrico
Cáncer de Glándula Salival
Cáncer de Hígado
Cáncer de Hipofaringe
Cáncer de Hueso
Cáncer de Intestino Delgado
Cáncer de Labio y Cavidad Oral
Cáncer de Laringe
Cáncer de Nasofaringe
Cáncer de Orofaringe
Cáncer de Ovario
Cáncer de Páncreas
Cáncer de Paratiroides
Cáncer de Pene
Cáncer de Piel
Cáncer de Próstata
Cáncer de Pulmón
Cáncer de Riñón
Cáncer de Seno
Cáncer de Seno en los Hombres
Cáncer de Seno Paranasal y de Cavidad Nasal
Cáncer de Testículo
Cáncer de Timo
Cáncer de Tiroideo
Cáncer de Tumor Primario Desconocido
Cáncer de Uretra
Cáncer de Vagina
Cáncer de Vejiga
Cáncer de Vulva

miércoles, 26 de mayo de 2010

Tratamiento del cáncer de la vulva

Existen tratamientos para todas las pacientes con cáncer de la vulva. Se emplean tres clases de tratamientos:

Cirugía (extracción del cáncer en una operación).

Radioterapia (uso de dosis elevadas de rayos X u otros rayos de alta energía para eliminar las células cancerosas).

Quimioterapia (uso de medicamentos para eliminar las células cancerosas).

La cirugía es el tratamiento más común para el cáncer de la vulva. El médico puede extraer el cáncer empleando alguna de las siguientes operaciones:



Escisión local amplia: Esta operación consiste en la extracción del cáncer y parte del tejido normal que rodea el cáncer.

Escisión: local radical. Esta operación consiste en la extracción del cáncer y una porción más grande de tejido normal alrededor del cáncer. También pueden extraerse los ganglios linfáticos.

Cirugía con rayos láser, Esta operación consiste en el uso de un haz estrecho de luz para extraer las células cancerosas.

Vulvectomía superficial: Esta operación consiste en la extracción de sólo la piel de la vulva que contiene el cáncer.

Vulvectomía simple: Esta operación consiste en la extracción de toda la vulva, pero ningún ganglio linfático.

Vulvectomía parcial: Esta operación consiste en la extracción de la vulva en casi su totalidad.

Vulvectomía radical: Esta operación consiste en la extracción de la vulva en su totalidad. Los ganglios linfáticos alrededor de la vulva son también extraídos, por lo general.



Si el cáncer se ha diseminado fuera de la vulva y los otros órganos femeninos, el médico podría extraer el colon inferior, el recto o la vejiga (dependiendo de donde se haya diseminado el cáncer) junto con el cuello uterino, el útero y la vagina (exenteración pélvica).



Puede ser que el paciente necesite que se le injerte piel de otra parte del cuerpo. También podría tener que someterse a una cirugía plástica para hacer una vagina o vulva artificial después de estas operaciones.



La radioterapia consiste en el uso de rayos X u otros rayos de alta energía para eliminar células cancerosas y reducir tumores. La radiación puede provenir de una máquina situada fuera del cuerpo (radiación externa) o por medio de materiales que contienen radiación a través de tubos plásticos delgados aplicados al área donde se encuentran las células cancerosas (radiación interna). La radiación puede emplearse sola, o antes o después de la cirugía.



La quimioterapia consiste en el uso de medicamentos para eliminar células cancerosas. Los medicamentos pueden tomarse en forma oral, o administrarse en el cuerpo con una aguja en una vena o músculo. La quimioterapia se considera un tratamiento sistémico ya que el medicamento es introducido al torrente sanguíneo, viaja por todo el cuerpo y puede eliminar células cancerosas a través de todo el cuerpo.



Tratamiento por etapas



El tratamiento para el cáncer de la vulva dependerá de la etapa en la cual se encuentra la enfermedad, el tipo de enfermedad, edad y condición general del paciente.



El paciente podría recibir un tratamiento que se considera estándar según los resultados obtenidos por varios pacientes en pruebas anteriores o el paciente podría considerar el participar en una prueba clínica. No todos los pacientes se curan con terapia estándar y algunos tratamientos estándar podrían tener más efectos secundarios de los deseados. Por estas razones, las pruebas clínicas están diseñadas para encontrar mejores maneras de tratar a los pacientes con cáncer y están basadas en la información más actualizada. Se están llevando a cabo pruebas clínicas en la mayor parte del país para las etapas III y IV del cáncer de la vulva. Si el paciente desea obtener mayor información, llame al Servicio de Información sobre el Cáncer al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237); TTY 1-800-332-8615, en los Estados Unidos.



CANCER DE LA VULVA - ETAPA 0



Usted podría recibir alguno de los siguientes tratamientos: 1. Escisión local amplia o cirugía con rayos láser, o una combinación de ambas 2. Vulvectomía superficial 3. Un medicamento quimioterapéutico en forma de ungüento.



CANCER DE LA VULVA - ETAPA I



El paciente podría recibir alguno de los siguientes tratamientos:



Escisión local amplia.

Escisión local radical más la extracción de todos los ganglios linfáticos vecinos en la ingle y en la parte superior del muslo en el mismo lado del cáncer.

Vulvectomía radical y extracción de los ganglios linfáticos en la ingle, en uno o ambos lados del cuerpo.

Radioterapia sola (en pacientes seleccionadas.)

CANCER DE LA VULVA - ETAPA II



El paciente podría recibir alguno de los siguientes tratamientos:



Vulvectomía radical y extracción de los ganglios linfáticos en la ingle en ambos lados del cuerpo. Se podría administrar radiación a la pelvis después de la operación si se encuentran células cancerosas en los ganglios linfáticos.

Radioterapia sola (en pacientes seleccionadas).



CANCER DE LA VULVA - ETAPA III



El paciente podría recibir alguno de los siguientes tratamientos:



Vulvectomía radical y extracción de los ganglios linfáticos en la ingle y la parte superior del muslo en ambos lados del cuerpo. Se podría administrar radiación a la pelvis y a la ingle después de la operación si se encuentran células cancerosas en los ganglios linfáticos o sólo a la vulva si el tumor es grande pero no se ha diseminado.

Radioterapia y quimioterapia seguidas de vulvectomía radical y extracción de los ganglios linfáticos en ambos lados del cuerpo.

Radioterapia (en pacientes seleccionadas) con o sin quimioterapia.



CANCER DE LA VULVA - ETAPA IV



El paciente podría recibir alguno de los siguientes tratamientos:



Vulvectomía radical y extracción del colon inferior, el recto o la vejiga (dependiendo de donde se haya diseminado el cáncer) junto con el útero, el cuello uterino y la vagina (exenteración pélvica).

Vulvectomía radical seguida de radioterapia.

Radioterapia seguida de vulvectomía radical.

Radioterapia (en pacientes seleccionadas) con o sin quimioterapia, y posiblemente después de la cirugía.



CANCER DE LA VULVA - RECURRENTE



Si el cáncer ha vuelto a aparecer, usted podría recibir alguno de los siguientes tratamientos:



Escisión local amplia con o sin radioterapia.

Vulvectomía radical y extracción del colon inferior, el recto o la vejiga (dependiendo de donde se haya diseminado el cáncer) junto con el útero, el cuello uterino y la vagina (exenteración pélvica).

Radioterapia más quimioterapia con o sin cirugía.

Radioterapia para las recaídas locales o para reducir los síntomas como el dolor, las náuseas o algún funcionamiento anormal del cuerpo.

Pruebas clínicas de nuevas formas de terapia.
¿Qué es el cáncer de la vulva?



El cáncer de la vulva, un tipo de cáncer poco común en la mujer, es una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas (malignas) en la vulva.


La vulva es la parte exterior de la vagina. La vagina es el conducto entre el útero (el órgano hueco en forma de pera donde crece el bebé) y el exterior del cuerpo. También se llama el canal de nacimiento.

La mayoría de las mujeres con cáncer de la vulva tienen más de 50 años. Sin embargo, se está haciendo más común en mujeres menores de 40 años. Las mujeres que tienen comezón constante y cambios en el color y aspecto de la vulva tienen un riesgo más alto de contraer cáncer de la vulva. Se deberá ver al médico si tiene hemorragias o flujos no relacionados con el período (menstruación), ardor/picazón o dolor severos en la vulva o si la piel de la vulva tiene un aspecto blanco y se siente áspera.

Si se tienen síntomas, el médico puede realizar ciertas pruebas para determinar si existe cáncer. Por lo general estas pruebas comienzan con un examen visual de la vulva y un palpamiento para determinar la presencia de protuberancias. El médico luego puede proceder a cortar un pedazo pequeño de tejido de la vulva (en un procedimiento llamado biopsia) y observarlo en el microscopio. Al paciente se le dará algún medicamento para dormir el área durante la biopsia. Puede que sienta algo de presión, pero por lo general no se sentirá ningún dolor. Esta prueba a menudo se lleva a cabo en un consultorio médico.


La probabilidad de recuperación (pronóstico) y elección de tratamiento dependerán de la etapa en que se encuentra el cáncer (si está sólo en la vulva o se ha diseminado a otros lugares) y estado de salud general del paciente.

EXPLICACION DE LAS ETAPAS

Etapas del cáncer de la vulva

Una vez que se haya diagnosticado cáncer de la vulva, se harán otras pruebas para determinar si el cáncer se ha diseminado de la vulva a otras partes del cuerpo (clasificación por etapas). El médico necesita saber la etapa en la que se encuentra la enfermedad para planificar el tratamiento adecuado. Las siguientes etapas se emplean para la clasificación del cáncer de la vulva:

- Etapa 0 ó carcinoma in situ: El cáncer de la vulva en etapa 0 es un cáncer temprano. El cáncer se encuentra en la vulva únicamente y sólo en la superficie de la piel.

- Etapa I: El cáncer se encuentra sólo en la vulva y/o en el espacio entre la abertura del recto y la vagina (perineo). El tumor mide unos 2 centímetros (cerca de 1 pulgada) o menos.

- Etapa II: El cáncer se encuentra en la vulva y/o en el espacio entre la abertura del recto y la vagina (perineo) y el tumor mide más de 2 centímetros (más de 1 pulgada).

- Etapa III: El cáncer se encuentra en la vulva y/o el perineo y se ha diseminado a tejidos vecinos como la parte inferior de la uretra (el tubo por donde pasa la orina), la vagina, el ano (la abertura del recto) y/o se ha diseminado a los ganglios linfáticos vecinos. (Los ganglios linfáticos son estructuras pequeñas, en forma de frijol, que se encuentran en todo el cuerpo y cuya función es producir y almacenar células que combaten la infección.)

- Etapa IV: El cáncer se ha diseminado más allá de la uretra, la vagina y el ano, a la membrana de la vejiga (la bolsa que almacena la orina) y al intestino; o, puede haberse diseminado a los ganglios linfáticos de la pelvis o a otras partes del cuerpo.

- Recurrente: La enfermedad recurrente significa que el cáncer ha vuelto a aparecer (recurrido) después de haber sido tratado. Puede volver a aparecer en la vulva o en otro lugar.
¿Cuáles son los factores de riesgo de los cánceres de laringe y hipofaringe?




Un factor de riesgo es todo aquello que afecta la probabilidad de desarrollar una enfermedad, como por ejemplo el cáncer. Los distintos tipos de cáncer conllevan diferentes factores de riesgo. Por ejemplo, fumar es un factor de riesgo para muchos cánceres, incluyendo cáncer de pulmón. Por otro lado, la exposición a los rayos solares fuertes es un factor de riesgo para el cáncer de la piel.



Pero los factores de riesgo no lo indican todo. Presentar uno o incluso varios factores de riesgo no significa que dicha persona tendrá la enfermedad. Además, muchas personas que adquieren la enfermedad pueden no tener factores de riesgo conocidos.



A menudo, los cánceres de laringe e hipofaringe son agrupados junto a otros cánceres de la boca y la garganta en un grupo conocido como cánceres de cabeza y cuello. Estos cánceres tienen muchos de los mismos factores de riesgo, muchos de los cuales se presentan a continuación.





Tabaco y alcohol



El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante para el cáncer de cabeza y cuello (incluyendo cáncer de laringe e hipofaringe). El riesgo de padecer cáncer en estas áreas es mucho mayor en los fumadores que en las personas que no fuman. Estos cánceres rara vez se presentan en personas que nunca han fumado. La mayoría de las personas con estos cánceres presentan un historial de fumar o de otra exposición al tabaco. Cuanto más fume usted, mayor será su riesgo. Fumar cigarrillos, pipas y cigarros aumenta la probabilidad de padecer de estos cánceres. Además, masticar tabaco aumenta el riesgo de cáncer de boca (cavidad oral).



Por otro lado, el consumo de alcohol también aumenta el riesgo de estos cánceres. Las personas que beben mucho tienen un riesgo de cáncer varias veces mayor que los que no beben alcohol.



Las personas que consumen tabaco y alcohol tienen el mayor de todos los riesgos. La combinación de estos dos hábitos no sólo suma a ambos riesgos, sino que en realidad los multiplica. En algunos informes se ha descubierto que las personas que fuman y beben alcohol tienen hasta 100 veces más probabilidades de padecer cáncer de cabeza y cuello que las que no tienen ninguno de estos hábitos.





Nutrición



Una nutrición deficiente puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de cabeza y cuello. A menudo, una mala nutrición y deficiencias vitamínicas ocurren en personas que abusan del alcohol, y esto puede ser en parte responsable del papel que desempeña el alcohol en el riesgo aumentado para estos cánceres. El no comer suficientes alimentos con vitaminas B, A y retinoides podría desempeñar una función en el surgimiento del cáncer.





Virus del papiloma humano



El virus del papiloma humano (VPH o HPV, por sus siglas en inglés) es un grupo de más de 100 virus relacionados entre sí. Se les llama virus del papiloma debido a que algunos de ellos causan un tipo de crecimiento llamado papiloma, lo que se conoce más comúnmente como una verruga. Algunos tipos de VPH pueden causar cáncer de cuello uterino, vagina, ano, vulva o pene. El VPH también parece ser un factor en algunos casos de cáncer de cabeza y cuello.





Sistema inmunitario debilitado



Los cánceres de laringe y de hipofaringe son más comunes en las personas que tienen su sistema inmunitario debilitado. Un sistema inmunitario debilitado puede ser causado por ciertas enfermedades que se presentan al nacer, así como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida, o AIDS por sus siglas en inglés) y ciertos medicamentos (como los que se administran después del trasplante de un órgano y de médula ósea).





Síndromes genéticos



Las personas con ciertos síndromes causados por defectos hereditarios (mutaciones) en ciertos genes tienen un riesgo muy alto de cáncer de garganta, incluyendo cáncer de hipofaringe.



La anemia de Fanconi es una afección que puede ser causada por defectos hereditarios en varios genes. Las personas con este síndrome a menudo tienen problemas sanguíneos a una edad temprana. A menudo, estos problemas sanguíneos conducen a leucemia o a anemia aplásica. Además, estas personas tienen un alto riesgo de cáncer de boca y garganta (hasta 500 veces más riesgo que las personas saludables de la misma edad).



Otro síndrome genético que puede causar anemia aplásica es la disqueratosis congenita. Las personas con este síndrome tienen un riesgo muy elevado de cáncer de boca y garganta a una edad temprana.



Consulte nuestro documento Aplastic Anemia (disponible en inglés) para más información sobre anemia de Fanconi y disqueratosis congenita.





Exposiciones en el lugar de trabajo



Las exposiciones intensas y prolongadas al aserrín y a los vapores de pinturas, así como a ciertos productos químicos utilizados en la industria metalúrgica, la petrolera, y en la de los plásticos y los textiles pueden también aumentar el riesgo de cánceres de laringe e hipofaringe. Por otro lado, el asbesto es una fibra mineral que con frecuencia era utilizada como aislante en el pasado. Es un factor de riesgo importante para dos tipos de cáncer de pulmón llamados mesotelioma y carcinoma broncogénico. Algunos estudios han asociado la exposición a asbesto al cáncer de laringe, aunque otros estudios no han demostrado un riesgo aumentado.





Sexo



Los cánceres de laringe y de hipofaringe son de aproximadamente cuatro a cinco veces más comunes en los hombres que en las mujeres. Esto se debe a que los dos factores de riesgo principales, el hábito de fumar y el abuso del alcohol, son más frecuentes en los hombres. Sin embargo, estos hábitos en años recientes se han hecho más comunes entre las mujeres, por lo que el riesgo de estos cánceres en las mujeres ha aumentado también.





Edad



Los cánceres de laringe y de hipofaringe por lo general tardan muchos años en formarse, no son comunes en las personas jóvenes. Más de la mitad de los pacientes con estos cánceres tienen 65 años de edad o más cuando se les detecta la enfermedad por primera vez.





Raza



Los cánceres de laringe y de hipofaringe son más comunes entre las personas blancas y de la raza negra que entre los asiáticos y los hispanos/latinos.





Enfermedad de reflujo gastroesofágico



Cuando el ácido del estómago alcanza el esófago a esto se le llama enfermedad por reflujo gastroesofágico (gastroesophageal reflux disease, GERD). Esta enfermedad puede causar acidez (agruras) y aumentar la probabilidad de cáncer de esófago. Actualmente se estudia si aumenta o no el riesgo de cánceres de laringe e hipofaringe.





¿Sabemos qué causa los cánceres de laringe y hipofaringe?



Desconocemos lo que causa cada caso, pero sí sabemos muchos de los factores de riesgo para estos cánceres y cómo algunos de estos causan que las células se vuelvan cancerosas.



Recientemente, los científicos comenzaron a comprender cómo estos factores de riesgo producen ciertos cambios en el ADN de las células, ocasionando que crezcan de forma anormal, produciendo así el cáncer. El ADN es el material genético que contiene el conjunto de instrucciones para todo lo que nuestras células hacen. Normalmente nos parecemos a nuestros padres debido a que nos transmiten su ADN. Sin embargo, el ADN afecta más allá que nuestra apariencia externa. Algunos genes (partes de nuestro ADN), contienen instrucciones para controlar el crecimiento y división de nuestras células.



Los genes que promueven la división celular son llamados oncogenes.

Los genes que desaceleran la división celular o causan que las células mueran en su momento apropiado son llamados genes supresores de tumores.



Se sabe que los cánceres pueden ser causados por mutaciones del ADN (defectos) que activan los oncogenes o desactivan los genes supresores de tumores. Algunas personas heredan mutaciones del ADN de sus padres, lo cual incrementa considerablemente su riesgo en desarrollar cáncer de seno, ovarios, colon y recto entre otros. Sin embargo, no se considera que las mutaciones hereditarias de oncogenes o de genes supresores de tumores sean la causa de muchos cánceres de la laringe o hipofaringe.



Las mutaciones de los oncogenes y genes supresores de tumores que están relacionadas con estos cánceres normalmente se originan durante la vida, en vez de que se den antes del nacimiento como una mutación hereditaria. Cada vez que una célula se prepara para dividirse en dos nuevas células, su ADN debe duplicarse. Este proceso no es perfecto y se dan errores durante dichas copias.



Afortunadamente, las células cuentan con enzimas reparadoras que validan el ADN, pero aún es posible que se le escapen ciertos errores. Algunas personas pueden tener un mecanismo de reparación de ADN deficiente que las hace especialmente vulnerables a los químicos y a la radiación que causan cáncer. Las mutaciones adquiridas en las células con frecuencia resultan de la exposición a químicos que causan cáncer, como los que se encuentran en el humo del tabaco. Los cambios adquiridos en los genes, como el gen supresor de tumores p53, son considerados como importantes en el desarrollo del cáncer de laringe e hipofaringe.



Las mutaciones hereditarias de los oncogenes y de los genes supresores de tumores causan rara vez estos cánceres, aunque parece que algunas personas heredan una capacidad reducida de desintoxicar (desbaratar) ciertos tipos de químicos que causan cáncer y ser más susceptibles a los efectos del tabaco y del alcohol causantes de cáncer.



Otras personas pueden heredar una tendencia en el aumento de activación de carcinógenos, haciéndolos incluso más peligrosos. Estas personas son más sensibles a los efectos del humo del tabaco y a ciertos químicos industriales causantes de cáncer. Los investigadores están desarrollando pruebas que los ayuden a identificar a dichas personas, pero estas pruebas aún no son lo suficientemente confiables para usarse habitualmente. Por lo tanto, los médicos recomiendan que todas las personas eviten el humo del tabaco y los químicos nocivos industriales.



Con el daño adicional, las células comienzan a invadir (propagarse hacia los tejidos vecinos) y a hacer metástasis (propagarse hacia órganos distantes). Vea la sección "¿Qué hay de nuevo en el cáncer de laringe y de hipofaringe?" para saber más acerca de los descubrimientos genéticos recientes en este tipo de cáncer.







¿Es posible prevenir el cáncer de laringe y hipofaringe?



La mayoría de los cánceres de laringe y de hipofaringe pueden prevenirse. La forma más eficaz es evitar los factores de riesgo conocidos, como el hábito de fumar y el consumo de alcohol.



El consumo de tabaco es la causa más importante de cáncer en estas áreas. Evitar la exposición al tabaco (al no fumar y evitar el humo de segunda mano) reduce el riesgo de estos cánceres. El abuso de alcohol multiplica el efecto carcinogénico del humo del tabaco, por lo que es especialmente importante evitar la combinación de beber y fumar.



La ventilación suficiente del lugar de trabajo y el uso de filtros industriales cuando se trabaja con sustancias químicas que producen cáncer constituyen medidas preventivas importantes.



Por otro lado, la mala nutrición y las deficiencias vitamínicas se han asociado con el cáncer laríngeo e hipofaríngeo. Adoptar una alimentación balanceada y saludable puede ayudarle a evitar estos cánceres (y muchos otros). No se ha demostrado que las vitaminas reduzcan el riesgo general de estos cánceres, y éstas no sustituyen una buena alimentación.



La Sociedad Americana del Cáncer recomienda comer una variedad de alimentos saludables, enfatizando en aquéllos de fuente vegetal. Coma al menos cinco porciones de frutas, verduras y vegetales al día, así como porciones de alimentos integrales de origen vegetal tales como panes, cereales, granos, arroz, pastas o frijoles. Consuma menos carnes rojas y carnes procesadas (perros calientes, salchichas y fiambres o embutidos).



Muchos médicos están trabajando en tratamientos que prevengan estos tipos de cáncer, pero ninguno ha logrado presentar resultados lo suficientemente exitosos para ser recomendado. Algunas de estas observaciones se discuten casi al final de este documento en la sección "¿Qué hay de nuevo en las investigaciones y el tratamiento del cáncer de laringe e hipofaringe?".
cancer de hipofaringe

Existen tres métodos principales de tratamiento contra el cáncer:




Cirugía.

Radioterapia.

Quimioterapia.



Algunas veces el mejor plan de tratamiento incluye dos de estos métodos o más. Su equipo médico de atención contra el cáncer tiene como meta su recuperación. Si no es posible lograr una curación, la meta podría ser extirpar o destruir la mayor parte posible del cáncer para evitar, durante el mayor tiempo posible, que el tumor crezca y se propague o que recurra.



Una consideración principal en todo tratamiento consiste en salvar su laringe y su voz. Las personas que pierden la voz pueden padecer de aislamiento social y depresión. La mayoría de los expertos no recomiendan cirugía que extirpe totalmente la laringe, a menos que no haya otras opciones.



A veces el tratamiento está dirigido a aliviar los síntomas. Esto se llama tratamiento paliativo.







Cirugía



En el tratamiento de los cánceres laríngeos e hipofaríngeos habitualmente se utilizan diversas operaciones. Según la etapa del cáncer y su ubicación, podrán utilizarse una o más de ellas para extirpar el cáncer y parte del tejido laríngeo o hipofaríngeo circundante y para ayudar a restaurar la apariencia y función de los tejidos afectados por el tratamiento.



Exfoliación de las cuerdas vocales



Esta técnica involucra el uso de un instrumento alargado para descascarar las capas de tejido superficiales de las cuerdas vocales. Ésta puede ser una manera para hacer una biopsia y tratar el cáncer de la laringe en etapa 0 (carcinoma in situ). La mayoría de las personas hablan nuevamente con normalidad después de recuperarse de la operación.



Cirugía láser



Los rayos láser pueden usarse para tratar algunos cánceres en etapa 0 (carcinoma in situ), así como en etapa T1. Se usa un endoscopio para localizar el tumor, el cual es ya sea vaporizado o extirpado mediante el uso de un láser de alta intensidad. Una desventaja del uso de vaporización consiste en que destruye el tejido que se está tratando sin que quede nada para usarse como una muestra que se pueda observar con un microscopio. Si se usa el láser para remover parte de una cuerda vocal, esto puede dar como resultado que la persona hable con ronquera.



Cordectomía



Este procedimiento conlleva la extracción de parte o todas las cuerdas vocales. Puede utilizarse para tratar los cánceres glóticos muy limitados o superficiales. El efecto de este procedimiento en el habla varía dependiendo de cuánto de las cuerdas vocales es removido. La extirpación de parte de una cuerda vocal puede ocasionar que la persona hable con ronquera. Una vez se extirpan ambas cuerdas vocales, el habla normal ya no es posible.



Laringectomía



Laringectomía parcial: con frecuencia, se pueden tratar los cánceres más pequeños de laringe al remover parte de la caja sonora. A este procedimiento se le llama laringectomía parcial (a la extirpación total de la caja sonora se le llama laringectomía total). Existen dos tipos diferentes de procedimientos de laringectomía parcial, pero ambos tienen el mismo objetivo: para extirpar totalmente el cáncer mientras se deja tanta laringe natural como sea posible. En una laringectomía supraglótica, sólo se extirpa la parte de la laringe encima de las cuerdas vocales. Este procedimiento se puede usar para tratar algunos cánceres supraglóticos, y permite al paciente conservar su habla normal. En los cánceres pequeños de las cuerdas vocales (glotis), el cirujano podrá extraer el cáncer mediante la extracción de sólo una cuerda vocal, dejando la otra intacta. Esto permite que se conserve parte del habla.



Laringectomía total: en este procedimiento se extirpa toda la laringe. Se extirpa la laringe y luego la tráquea se lleva hacia la piel de la parte frontal del cuello como un estoma (u orificio), a través del cual usted respirará (vea la ilustración que sigue). Una vez se extirpa la laringe, ya no es posible el habla normal.



Las complicaciones potenciales de una laringectomía total pueden incluir sangrado e infecciones. En raras ocasiones, también puede ocurrir la ruptura de la arteria carótida (una arteria grande en el cuello).



La laringectomía puede también ocasionar el desarrollo de una fístula (una abertura anormal entre dos áreas que normalmente no están conectadas), así como de una constricción (estrechamiento) de la garganta (constricción faríngea).
cancer de hipofaringe

Signos y síntomas




Los cánceres de laringe que se forman en las cuerdas vocales (glotis) a menudo causan ronquera, lo que conduce a que sean encontrados en una tapa muy temprana. Cualquier persona que presente cambios en la voz (como ronquera) que no se alivia dentro de dos semanas debe consultar inmediatamente a su médico. Para una evaluación completa, es posible que estas personas sean referidas a un especialista de oído, nariz y garganta. A estos médicos también se les conoce como otorrinolaringólogos o cirujanos de cabeza y cuello.



Se necesitará realizar un examen completo de cabeza y cuello que incluya una visualización de las cuerdas vocales y la laringe. Esta evaluación se puede hacer con espejos, aunque una herramienta especial (el laringoscopio) se utiliza con más frecuencia por un médico especializado.



Los cánceres que se inician en el área de la laringe por encima de las cuerdas vocales (supraglotis), por debajo de las cuerdas vocales (subglotis) o en la hipofaringe usualmente no causan ronquera o cualquier otro síntoma obvio, y se suelen descubrir en etapas más tardías.



Los síntomas de estos cánceres pueden incluir:



Irritación en la garganta que no se alivia.

Tos constante.

Dolor al tragar.

Dificultad para tragar.

Dolor de oído que no se alivia.

Dificultad para respirar.

Pérdida de peso.

Ronquera de más de dos semanas de duración.

Una masa o protuberancia en el cuello.



Sólo se produce ronquera cuando estos cánceres alcanzan una etapa más avanzada o se han propagado a las cuerdas vocales. A veces, estos cánceres no se descubren hasta que se han propagado hasta los ganglios linfáticos y el paciente observa una masa que crece en su cuello.

lunes, 24 de mayo de 2010

Problemas psicosociales en mujeres con cáncer de mama


Según datos de nuestra propia observación y por la bibliografía consultada, sabemos que el diagnóstico de cáncer puede producir cambios psicológicos importantes en la paciente y en la familia dependiendo del tumor diagnosticado, de los tratamientos administrados, de sus sistemas de apoyo, del estilo empleado para afrontar los problemas que la vida plantea, de otros factores- El cáncer puede suponer una interrupción temporal de las. actividades profesionales, domésticas, sociales y familiares, generando sentimientos de impotencia y depresión. El momento del diagnóstico es una situación difícil caótica para la paciente y para su familia: generalmente desconocen el sistema sanitario, están ansiosos y a veces desconfían de su capacidad para afrontar la enfermedad. La tristeza y la confusión mental será otra reacción común ante el diagnóstico de cáncer: en ocasiones puede tener sensación de no sentir nada, como un estado de anestesia emocional.Puede que la paciente no sepa mucho acerca del cáncer; sólo lo que ha oído y sus amigos, en los medios de comunicación o en la familia. El temor a la intervención, a los tratamientos, a los efectos secundarios de los mismos, al rechazo por parte de los amigos y la familia, a no poder cuidar de sus seres queridos y al abandono de su pareja son algunos de los miedos más frecuentes.Uno de los temores más comunes es el miedo a la muerte, hay muchas personas que aún piensan que cáncer equivale a muerte. Sin embargo los índices de supervivencia de esta enfermedad son cada vez mayores debido al desarrollo de tratamientos cada vez más eficaces contra el cáncer de mama y a su detección precoz.Durante el tratamiento del cáncer pueden surgir diversas dificultades sociales, la más frecuente es elaislamiento que sufre e! paciente y que a su vez, genera una sensación de soledad. Mientras que enalgunos casos las enfermas se ven apoyadas por familiares y amigos que le proporcionan apoyo emocional. en otros casos, las enfermas se sienten abandonadas y poco comprendidas por aquellos quela rodean, es importante recordar que estas personas actúan desde la ignorancia, quizás nunca ha-y han tenido contacto con enfermedades como el cáncer y sus pensamientos estén llenos de mitos yfantasías que es necesario aclarar. Otras veces es la propia paciente la que se aísla por temor a serrechazada. Después de haber finalizado los tratamientos, reanudar la actividad social también puede ser dificultoso para la paciente, que ahora se siente desconectada. Al finalizar el tratamiento se produce una situación de ambivalencia, unas mujeres se sienten felices por haber llegado hasta aquí, sin embargo otras muchas experimentan un temor- Para ellas dejar de estar tan estrechamente controladas supone un peligro de reaparición del cáncer, que se diagnosticaría tarde porque las revisiones ahora se distancian más en el tiempo.Cualquiera que sea el resultado de la enfermedad, el objetivo de la enfermera es mejorar la calidad de vida. detectando problemas del área psicosocial y facilitando ¡a expresión de vivencias, carencias, nivel de información respecto a la enfermedad y su tratamiento.Para poder cumplir este objetivo, es necesario oye la enfermera tenga conocimientos adecuados en comunicación terapéutica, recursos asistenciales y recursos psicosociales existentes en la comunidad.

CÁNCER Y SEXUALIDAD



Tratamiento de los problemas sexuales del paciente con cáncer
El tratamiento para el Cáncer es uno de los precursores de la disfunción sexual, en donde intervienen diferentes aspectos, tanto físicos como psicológicos.
Existen diferentes factores que contribuyen a la pérdida del funcionamiento sexual por los efectos del tratamiento del cáncer, la fatiga y el dolor. La cirugía, la quimioterapia y la radioterapia pueden tener un impacto físico directo en la función sexual.

Otros factores que pueden contribuir a la disfunción sexual son los medicamentos contra el dolor, la depresión, los sentimientos de culpabilidad por las creencias erróneas sobre el origen del cáncer.

Los cambios en la imagen corporal después de la cirugía y el estrés originado por las relaciones personales. Todo esto teniendo impacto emocional sobre el paciente y su pareja. Enumeramos a continuación diferentes factores que repercuten en la sexualidad del paciente con Cáncer, derivados del tratamiento oncológico.

El paciente debe someterse a una entrevista con el profesional de la salud, especialista en el tema. Es recomendable que sea atendido por un, psicólogo, psicooncòlogo, o terapeuta sexual. El tratamiento de los problemas sexuales en los pacientes con Cáncer depende de los factores causales y es mejor comprendido cuando se tiene una idea más clara de cómo funciona nuestro cuerpo, a través del conocimiento de los órganos y estructuras que intervienen en la relación sexual.




Invitan a consulta gratis de exámen de próstata


NUEVO LAREDO.-El Comité Municipal de Participación exhorta a toda la población masculina mayor a 35 años a que acudan este 12 de junio a la campaña de examen de próstata, la cual será totalmente gratis.
Con esto se pueden prevenir enfermedades mortales como el cáncer. Esta jornada de salud se llevará a cabo en conjunto con la Jurisdicción Sanitaria Número 5, en las oficinas ubicadas en Maclovio Herrera 2032 segundo piso.
También preocupados por el bienestar de las féminas el mismo día harán exploraciones de mama en la mujer pues ellas, mayores de 30 años, son propensas a padecer cáncer.
Fernando Ríos Rodríguez, presidente de este comité dijo que en la campaña de salud anterior de 400 hombres que se hicieron la prueba 17 casos resultaron con un cáncer avanzado y a otros 70 les detectaron problemas.
"Al detectarse un paciente con problemas en la próstata se canaliza al Sector Salud, además el laboratorio nos ayuda con el 50% del costo de los tratamientos", expresó.
Ríos Rodríguez comentó que más de la mayoría de los hombres suelen sentir pena por la exploración que se les puede realizar, sin embargo es importante que tomen conciencia de las consecuencias si no lo hacen.
Es así como recalcan la importancia de este examen y sobre todo que tengan un chequeo por lo menos una vez al año.

Por Katia Aguirre


Hace unos días, la Liga Peruana Contra el Cánce advirtió que el realizar actividades en un ambiente público con altas cantidades de humo de tabaco equivale a fumarse 10 cigarrillos por día. Y teniendo en cuenta que el 90% de pacientes con cáncer está relacionado con el consumo de cigarros, entonces la alerta es para preocuparse.
María Eugenia Guillén Zeballos, cirujano oncólogo de tórax de la Liga, nos explica que tanto fumadores y no fumadores (expuestos al humo) son propensos a contraer cáncer al pulmón. “Los problemas producidos por el humo de tabaco se deben a la combinación compleja que posee: más de cuatro mil productos químicos, en forma de partículas y gases”, refiere.
Pero otras personas que también se deben preocupar de sus pulmones son: las que tienen antecedentes familiares de cáncer al pulmón; los que trabajan con asbestos, insecticidas, pintura; las que cocinan con leña; y las que padecen de enfermedades pulmonares crónicas, como la TBC. “Son un mínimo porcentaje los casos relacionados con estos factores, pero igual corren el mismo riesgo”, manifiesta la doctora Guillén.
PREVENCIÓN. ¿Qué podemos hacer para prevenir la enfermedad? Guillén detalla que quienes no tienen ningún factor de riesgo se deben realizar un chequeo oncológico anual para descartar el mal. Mientras que los fumadores y no fumadores, pero expuestos al humo, se deben sacar placas en el tórax para ver algún tipo de lesión.
“Hay que recalcar que este mal se inicia de manera silenciosa, solo avisa cuando ya está muy avanzado y el pronóstico no es alentador”, señala la especialista. Usualmente los síntomas en esa etapa son: dificultad para respirar, dolor en el tórax, náuseas, vómitos y dolor óseo .
No obstante, lo ideal para prevenir este mal es vivir en un ambiente libre de tabaco. Es por ello que la Liga Peruana Contra el Cáncer ha iniciado la campaña A todo Pulmón que buscar concientizar a la población sobre el peligro de convivir con el humo del tabaco.

TRATAMIENTO CANCER DE HIGADO

Se utilizan cuatro tipos de tratamiento estándar:

Cirugía

Los siguientes tipos de cirugía pueden utilizarse en el tratamiento del cáncer hepático:

Criocirugía: Tratamiento que utiliza un instrumento para congelar y destruir tejido anormal, como carcinoma in situ (cáncer que afecta solo a las células en las cuales comenzó y que no se ha diseminado a tejidos próximos). Este tipo de tratamiento se denomina también crioterapia. El médico puede utilizar ultrasonido para guiar el instrumento.

Hepatectomía parcial: Extirpación de la parte del hígado afectada por el cáncer. La parte extirpada puede ser una cuña de tejido, un lóbulo completo, o una sección más grande del hígado, conjuntamente con parte del tejido sano alrededor. El tejido hepático restante realiza las funciones del hígado.

Hepatectomía total y trasplante de hígado: Remoción de todo el hígado y reemplazo con un hígado donado sano. Se puede realizar un transplante de hígado cuando la enfermedad se localiza en el hígado solamente y se cuenta con un hígado donado. Si el paciente debe esperar para recibir un hígado donado, se administra otro tratamiento acorde a la necesidad.
Ablación con radiofrecuencia: El uso de una sonda especial con electrodos pequeños que destruyen células cancerosas. Algunas veces la sonda se inserta directamente a través de la piel, para lo cual solo se necesita anestesia local. En otros casos, la sonda se inserta a través de una incisión en el abdomen. Esto se realiza en el hospital con anestesia general.

Radioterapia

La radioterapia es un tratamiento del cáncer que utiliza rayos X de alta energía u otros tipos de radiación para eliminar células cancerosas. La radioterapia se administra de diferentes modos:
La radioterapia externa utiliza una máquina fuera del cuerpo que envía radiación hacia el cáncer.
La radioterapia interna utiliza una sustancia radioactiva sellada en agujas, semillas, cables o catéteres que se colocan directamente en el cáncer o cerca del mismo.
La radioterapia podría administrarse conjuntamente con unos fármacos conocidos como radiosensibilizadores para hacer que las células cancerígenas sean más sensibles a la radioterapia.
La radiación podría dirigirse al tumor mediante la utilización de anticuerpos radiomarcados. A los anticuerpos fabricados en el laboratorio, se les añade una sustancia radioactiva. Estos anticuerpos, cuyo objetivo son las células cancerígenas, se inyectan en el organismo y la sustancia radioactiva elimina las células tumorales. La forma en que se administre la radioterapia va a depender del tipo y el estadio del cáncer que está siendo tratado.

Quimioterapia

La quimioterapia es un tratamiento del cáncer que utiliza medicamentos para interrumpir la proliferación de células cancerosas, mediante la eliminación de las células o evitando su división. Dado que es posible afectar a algunas células normales, por ejemplo en la sangre y el cabello, suelen ocurrir efectos secundarios. Cuando la quimioterapia se administra oralmente o se inyecta en una vena o músculo, los medicamentos ingresan al torrente sanguíneo y afectan a células cancerosas en todo el cuerpo (quimioterapia sistémica). Cuando la quimioterapia se coloca directamente en la columna vertebral, un órgano o una cavidad corporal como el abdomen, los medicamentos afectan principalmente células cancerosas en esas áreas (quimioterapia regional). A esto se le denomina quimioterapia regional.
La quimioterapia regional suele utilizarse en el tratamiento del cáncer hepático. Es posible que se coloque en el cuerpo una bomba pequeña que contiene medicamentos contra el cáncer. La bomba coloca los medicamentos directamente en los vasos sanguíneos que irrigan el tumor
.

SINTOMAS DEL CANCER TIROIDEO


* Tos simple o tos con sangrado
* Dificultad para deglutir
* Agrandamiento de la glándula tiroides
* Ronquera o cambios en
la voz
* Hinchazón en el cuello
* Tumor (nódulo) tiroideo


Nota: los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de cáncer tiroideo

Que el cáncer no te impida ser madre


Una de cada ocho mujeres será diagnosticada de cáncer de mama a lo largo de su vida y, de estas, un 15 por ciento estarán en edad fértil, y ellas son las son las principales pacientes de los programas de preservación de la fertilidad disponibles en todo el mundo. 354 mujeres de toda España han preservado su tejido ovárico a través del Programa de Preservación de la Fertilidad de la Comunidad Valenciana, un programa pionero en nuestro país y que ya cuenta con dos gemelos entre sus 'hijos'. Prpacientes entrevista a la doctora María Sánchez responsable del Programa.
¿Quiénes son las principales pacientes que acuden a las técnicas de fertilidad?
El de mujer que acude a estas técnicas suele ser una mujer con cáncer de mama y que se encuentra, justamente en el mejor momento de su vida. Muchos de los casos desgraciadamente coinciden con el hecho de estar planteándose ser madres en ese momento, cuando le diagnostican el cáncer, y además les dicen que por el tratamiento y el tiempo que va a pasar es muy probable que después sean infértiles.

¿Cuáles son las principales técnicas que existen en la actualidad?
Las técnicas disponibles y clínica mente establecidas desde hace muchos años es la congelación de embriones; la congelación de tejido ovárico y la congelación de ovocitos.
Para la congelación de ovocitos, la técnica que más predomina ahora es la vitrificación y es una forma de congelación ultrarrápida mediante la cual se congelan dos ovocitos para una posterior fecundación de los mismos y transferencia del embrión uterino mediante esa fecundación. Lo que ocurre en el cáncer de mama es que esta opción no está indicada por falta de tiempo para las Pacientes porque se precisan entre 2 y tres semanas. Además, precisa el uso de hormonas, y en el cáncer de mama pueden estar contraindicadas.
La criopreservación de tejido ovárico se puede hacer en cualquier fase del ciclo, es una intervención quirúrgica pero no interfiere en el tiempo ni precisa el uso de hormonas. Lo que se extrae es un fragmento de corteza ovárica, que es donde se hayan alojados los ovocitos para su posterior implante y reanudación de la función ovárica, tanto hormonal como reproductiva.
Y la congelación de embriones, es una técnica habitual en reproducción asistida que consiste en la estimulación hormonal, la obtención de ovocitos, su fecundación in-vitro y congelación del embrión.

¿
Cómo puede afectar el tratamiento de cáncer de mama a la mujer?
Lo que hace la quimioterapia sobre el ovario es disminuir la reserva ovárica. Actúa disminuyendo el tiempo que una mujer va ser fértil. Puede disminuir tanto que con la primera sesión de quimioterapia ya no vuelva a presentar una menstruación, o puede que haya embarazo después de superar el cáncer de mama de forma natural. Depende de la edad de la Paciente, y del diagnóstico.

TRATAMIENTO DE CANCER DE LA TIROIDES

El tratamiento varía significativamente dependiendo del tipo de tumor.
Generalmente, la opción de tratamiento es la cirugía y con frecuencia se extirpa toda la glándula tiroides. Si el médico sospecha que el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos en el cuello, también se extirparán durante la cirugía.
Se puede realizar radioterapia usando radiación de haz externo (rayos X) o tomando yodo radiactivo por vía oral. Se puede hacer con o sin cirugía.
Después del tratamiento, usted necesita tomar hormona tiroidea para reponer la que sus glándulas solían producir. La dosis generalmente es un poco mayor de lo que necesita el cuerpo, lo que ayuda a impedir que el cáncer reaparezca.
Si el cáncer no responde a la cirugía o a la radioterapia y se ha diseminado a otras partes del cuerpo, se puede utilizar la
quimioterapia, pero sólo es efectiva para un pequeño número de pacientes

CANCER DE LA TIROIDES

TRATAMIENTO CANCER DE HUESOS

En cuanto el médico identifica el tipo de cáncer, se puede recurrir a una intervención quirúrgica, así como a la radioterapia, quimioterapia y de manera complementaria, la terapia mieloablativa, con apoyo de células madres.
La terapia mieloablativa es un método intensivo diseñado para destruir todo tipo de célula que se divida rápidamente, como las cancerosas. Desafortunadamente en el organismo, las células sanguíneas normales también se dividen velozmente y, por tanto, son susceptibles de ser eliminadas con la terapia mieloablativa.
Las células madres poseen la cualidad de autorenovarse constantemente y elaborar otros tipos de células de la sangre. Su presencia, entonces, resulta valiosa para aumentar la presencia de nuevas células sanguíneas y sustituir a aquellas que se hayan sido eliminadas con la terapia mieloablativa.
Como en todos los procesos cancerosos, la probabilidad de recuperación (pronóstico) y la elección de tratamiento dependerán del tamaño, localización, tipo y estadio del cáncer, el tiempo transcurrido desde el inicio de síntomas, y del estado de salud en general, por lo que es indispensable acudir con su médico periódicamente para incrementar las posibilidades de recuperación total.

TRATAMIENTO DE CANCER INFANTIL

Los tratamientos más utilizados son la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y, en casos especiales, el trasplante de médula ósea.
La cirugía.- se utiliza normalmente para la extracción de un tumor.
La quimioterapia.- para la destrucción de las células cancerosas,
la radioterapia suele ser empleada junto a otras técnicas para combatir la enfermedad a través de radiaciones de alta energía.
El tipo de tratamiento que será empleado, dependerá de la clase de cáncer que tenga el niño. Hay casos en que con solo la cirugía es suficiente, y otros en los que se emplea todos las modalidades. Los efectos secundarios existen y deben ser controlados, en lo posible, por el médico.
La quimioterapia, por ejemplo, suele provocar la caída del pelo o la aparición de llagas en la boca. De todas formas, gracias a los avances terapéuticos en los tratamientos, la mayoría de los niños con cáncer se curan.

como las celulas sanas se convierten en celulas malignas


jueves, 20 de mayo de 2010

CaNcEr De Un NiñO


un nino con tratamiento con cancer
no te da ternura!!!!!!

miércoles, 19 de mayo de 2010

Cancer de Higado




El tratamiento puede incluir lo siguiente:


*Cirugía.- En algunos casos, la cirujía se puede utilizar para extirpar tejido canceroso del hígado.

Sin embargo, el tumor debe ser pequeño y limitado.
*Radioterapia.- La radioterapia utiliza rayos de alta energía para matar o reducir las células cancerosas.
*Quimioterapia.- La quimioterapia usa drogas anticancerosas para eliminar las células cancerosas.
*Transplante de hígado.

martes, 11 de mayo de 2010

Síntomas y detección precoz



La gran mayoría de los casos de cáncer de testículo es detectado por el propio paciente. No produce síntomas generales que puedan hacer sospechar de un problema médico, como fiebre o dolor. Dado que el cáncer de testículo es curable cuando se detecta precozmente, los expertos recomiendan la realización mensual de la autoexploración testicular tras una ducha caliente, cuando el escroto está más relajado. El varón debe examinar suavemente cada testículo palpando en busca de bultos duros y luego comparar ambos.
Los síntomas incluyen:
* un pequeño bulto fijo en el propio testículo, generalmente indoloro

* pequeño dolor o pesadez en un testículo (sin haber recibido nigún golpe reciente)

* una repentina acumulación de fluido en el escroto

* ligero agrandamiento o molestias en los pezones o en los pechos

* dolor sordo en el bajo vientre o la ingle

* aumento o disminución significativos del tamaño de un testículo


Cualquiera de esos síntomas deberian ser consultados con el médico, a ser posible el urólogo, lo antes posible, aunque en sí mismos no son un signo seguro de cáncer.
El cáncer de testículo es uno de los más curables de todos si se detecta pronto.

 






martes, 4 de mayo de 2010

CANCER DE HIGADO


Sintomas de Cancer de Huesos

Los síntomas se manifiestan de acuerdo al tamaño y ubicación del tumor.
Es importante consultar al médico ante estos signos de alerta:
Dolor agudo de huesos (lo suficiente como para despertar al paciente)
Bulto o hinchazón que aumenta de tamaño de manera progresiva, no necesariamente doloroso
Hinchazón y sensibilidad en las articulaciones (sólo en caso de que el cáncer se encuentre próximo a una articulación)
Fractura de hueso como respuesta a una lesión menor
Fatiga
Pérdida de peso inexplicable
Fiebre o sudor nocturno

tratamiento cancer de huesos

Esta sección comienza con una descripción de los tipos de tratamientos sistémicos que se utilizan en pacientes con tumores cancerosos metastásicos. Para obtener información detallada acerca del tratamiento del cáncer metastásico, según el lugar donde se haya iniciado el tumor, consulte por favor nuestra información sobre ese tipo de cáncer.
Quimioterapia
La quimioterapia usa medicamentos contra el cáncer que usualmente se inyectan en una vena o se administran por la boca. Estos medicamentos entran en el torrente sanguíneo, y pueden llegar al cáncer que se ha propagado.
La quimioterapia se utiliza como tratamiento principal para muchos tipos de cánceres metastásicos, incluyendo cáncer de testículo, de ovario, de colon y algunos cánceres de seno. A menudo, la quimioterapia puede reducir el tamaño de los tumores, lo que puede reducir el dolor y ayudarle a sentirse mejor. Algunas veces se utiliza con tratamientos locales, tal como radiación.
Los medicamentos de quimioterapia destruyen las células cancerosas, pero también dañan algunas células normales, lo que puede causar algunos efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo de medicamentos que se usen, la cantidad que se administre y la duración del tratamiento. Algunos efectos secundarios comunes de la quimioterapia incluyen:
Náusea y vómito.
Pérdida de apetito.
Caída del cabello.
Llagas en la boca.
La quimioterapia puede dañar las células productoras de sangre de su médula ósea, lo que puede causar un bajo recuento de células sanguíneas.
Esto puede ocasionar:
Mayores probabilidades de infección (causado por la escasez de glóbulos blancos).
Problemas con sangrado o aparición de hematomas (causado por una escasez de plaquetas en la sangre).
Debilidad o cansancio (causado por los bajos niveles de glóbulos rojos, lo que se conoce como anemia).
La mayoría de los efectos secundarios desaparecen cuando cesa el tratamiento. Existen maneras que su médico puede ayudarle a prevenir o controlar muchos de los efectos secundarios temporales de la quimioterapia. Por ejemplo, pueden administrarse medicamentos para prevenir o reducir las náuseas y los vómitos (estos medicamentos se llaman antieméticos). Para más información sobre la quimioterapia, por favor remítase al documento "Quimioterapia: una guía para los pacientes y su familiares”.
Terapia hormonal
Los estrógenos son hormonas producidas por los ovarios que promueven el crecimiento de algunos tumores cancerosos del seno, particularmente de aquellos en que las pruebas pueden detectar receptores de estrógeno. Igualmente, los andrógenos (como la testosterona que es producida por los testículos), promueven el crecimiento de la mayoría de los tumores cancerosos de la próstata. Una de las principales maneras para tratar el cáncer de seno y de próstata consiste en detener estas hormonas. Existen varios tipos de tratamientos que bloquean las hormonas. Una estrategia de tratamiento hormonal consiste en extirpar los órganos que producen las hormonas. En una mujer con cáncer de seno, la extirpación de los ovarios reduce los niveles de estrógeno. Los hombres con cáncer de próstata pueden ser tratados mediante la extirpación de los testículos para reducir los niveles de testosterona. Es más común administrar medicamentos que eviten la producción de las hormonas. Este es un método común de terapia hormonal para combatir el cáncer de próstata. A los hombres se les puede administrar medicamentos tal como la hormona liberadora de hormona luteinizante (LHRH), la cual bloquea la producción de testosterona. Se pueden administrar los mismos medicamentos en mujeres con cáncer de seno para detener la producción de estrógeno por parte de los ovarios. Después de la menopausia, los ovarios dejan de producir estas hormonas, pero una pequeña cantidad de estrógeno sigue produciéndose en el tejido adiposo. Los medicamentos llamados inhibidores de la aromatasa pueden detener la producción de este estrógeno.Otro método consiste en evitar que las hormonas afecten las células cancerosas. Por ejemplo, a los hombres con cáncer de próstata se les puede administrar antiandrógenos que bloquean los efectos hormonales masculinos en las células. Para los hombres con cáncer de seno, los antiestrogénicos como el tamoxifeno bloquean los efectos de estrógeno en los cánceres de seno. Los efectos secundarios dependen del tipo de tratamiento hormonal que se use. El efecto secundario más común son los sofocos repentinos de calor (bochornos).
Radiofármacos
Los radiofármacos son un grupo de medicamentos que tiene elementos radioactivos. Estos medicamentos se inyectan a través de una vena y se asientan en las partes del hueso que tienen cáncer. La radiación que liberan destruye las células cancerosas y alivia algo del dolor causado por la metástasis ósea. Algunos de los radiofármacos que se usan con más frecuencia son el estroncio 89 (Metastron) y el samario 153 (Quadramet). Otros radiofármacos, como el renio -186, el renio 188, y el tin-117, también se están estudiando.Los radiofármacos no se usan para tratar la etapa temprana, cáncer localizado (cáncer que no se ha propagado), o para metástasis a otros órganos del cuerpo. Sólo se usan para el cáncer que se ha propagado de otra localización a los huesos.Si el cáncer se ha extendido a numerosos huesos, este método con radiofármacos es mucho mejor para tratar de dirigir la radiación externa a cada hueso afectado. Estas áreas aparecen densas (blancas) en las radiografías (contrario a las lesiones osteolíticas, las cuales aparecen como áreas oscuras u orificios en los huesos). Las metástasis osteoblásticas ocurren con más frecuencia en el cáncer de próstata que se ha propagado a los huesos. Se encuentran con menos frecuencia en el cáncer del seno que se ha propagado a los huesos e incluso con menos frecuencia en la mayoría de los otros cánceres.El efecto secundario principal de este tratamiento consiste en un recuento más bajo de células sanguíneas (principalmente glóbulos blancos y plaquetas). Esto puede aumentar el riesgo de infecciones o sangrado.
Bifosfonatos
Los bifosfonatos son un grupo de medicamentos que se utilizan a menudo para tratar la osteoporosis, un padecimiento común que debilita los huesos. Los bifosfonatos también han probado ser útiles para tratar a pacientes cuyo cáncer se ha propagado a los huesos. Dentro de esta categoría se encuentran medicamentos tales como alendronato (Fosamax®), etidronato (Didronel®), ibandronato (Boniva®), zoledronato (Zometa®), pamidronato (Aredia®) y otros. Los bifosfonatos también se usan para tratar a pacientes con mieloma múltiple, un cáncer que se origina en la médula ósea y que debilita los huesos.
Los bifosfonatos pueden ayudar con cáncer que se propagó a los huesos en más de una manera:
Reduce el dolor de huesos.
Retarda el daño óseo causado por el cáncer.
Reduce los altos niveles de calcio en la sangre (hipercalcemia).
Reduce el riesgo de fracturas.
Los bifosfonatos tienden a funcionar mejor cuando las radiografías muestran que el cáncer metastásico parece estar adelgazando y debilitando el hueso (metástasis osteolíticas). No son tan eficaces para el tratamiento de metástasis osteoblásticas (esclerosis), donde los huesos se vuelven más densos. Algunos bifosfonatos se administran por boca, pero la mayoría de los bifosfonatos utilizados como tratamiento para metástasis en los huesos se administra por vena, usualmente cada tres a cuatro semanas. Con el pamidronato parece haber una menor probabilidad de osteonecrosis en la mandíbula, un efecto secundario que es grave, pero que presenta en pocas ocasiones (discutido anteriormente).En los estudios clínicos se ha reportado que los efectos secundarios más comunes de los bifosfonatos son cansancio, fiebre, náusea, vómito, anemia (bajos niveles de glóbulos rojos) y dolor a los huesos o las articulaciones. Sin embargo, otros medicamentos o el cáncer por sí solo también pueden causar muchos de esos efectos. Los bifosfonatos también pueden causar dolores en las articulaciones parecidos a los que provoca la artritis, así como dolores musculares.
La radioterapia utiliza partículas o rayos de alta energía para destruir las células cancerosas o para disminuir su crecimiento. La radioterapia puede emplearse para curar los tumores cancerosos primarios que no se hayan extendido demasiado desde su localización original.
Sin embargo, cuando un cáncer se ha propagado en los huesos, el objetivo de la radiación es aliviar los síntomas. Si un hueso está tan débil que existe un riesgo inminente de fractura ósea, la radiación no la evitará. Si el hueso es tratado antes de que se vuelva muy débil, la radioterapia puede que ayude a prevenir posteriormente una fractura.
La forma más común de usar radiación para una metástasis en los huesos es emitiendo cuidadosamente un haz de radiación desde una máquina situada fuera del cuerpo. Esto se conoce como radioterapia con haces externos. A fin de reducir el riesgo de los efectos secundarios, los médicos determinan cuidadosamente la dosis exacta, y dirigen el rayo detenidamente para alcanzar el objetivo.
La radioterapia externa contra la metástasis en los huesos se puede administrar una sola vez en una gran dosis, o en cantidades más pequeñas por cinco a diez tratamientos que permiten una dosis total mayor.
Cada tratamiento de radiación externa dura sólo unos pocos minutos. Puede que la radiación externa sea una buena opción si usted tiene una o dos metástasis que están causando síntomas. Sin embargo, si usted tiene muchas metástasis dispersas por el cuerpo, el tratamiento es más difícil. En raros casos, algunos pacientes se pueden beneficiar de la radioterapia a toda la mitad superior o inferior de su cuerpo. La otra mitad del cuerpo se puede tratar varias semanas después.

lunes, 26 de abril de 2010

TRATAMIENTO CANCER DE ESTOMAGO.



La extirpación quirúrgica del estómago (gastrectomía) es el único tratamiento curativo. La radioterapia y la quimioterapia pueden traer beneficios. Un estudio reciente mostró que para muchos pacientes, la radioterapia y la quimioterapia administradas después de la cirugía mejoran las posibilidades de una curación.
Para los pacientes en los cuales la cirugía no es una opción, la quimioterapia o la radioterapia puede mejorar los síntomas, pero puede no curar el cáncer. Para algunos pacientes, un procedimiento de derivación (bypass) quirúrgica puede brindar alivio a los síntomas.



SX Y DX DEL CANCER DE ESTOMAGO


Síntomas



El cáncer del estómago puede ser difícil de detectar en sus inicios ya que a menudo no hay síntomas, y en muchos casos, el cáncer se ha extendido antes de que se encuentre. Cuando ocurren los síntomas, son a menudo tan discretos que la persona no se preocupa por ellos. El cáncer del estómago puede causar los siguientes efectos:



Indigestión o una sensación ardiente
  • Malestar o dolor abdominal

  • Náuseas y vómitos
    Diarrea o estreñimiento

  • Hinchazón del estómago después de comidas

  • Pérdida del apetito

  • Debilidad y fatiga

  • Sangrados inhabituales

  • Cambios en el ritmo intestinal o urinario

  • Heridas que tarden en cicatrizar

  • Dificultad en tragar alimentos

  • Cambios repentinos en el aspecto de verrugas cutáneas

  • Tos persistente o ronquera

  • Pérdida de peso


  • Cualquiera de estos síntomas puede ser causado por el cáncer o por otros problemas de salud menos serios, tales como un virus del estómago o una úlcera. Por tanto, solamente un médico puede determinar la causa real. Si una persona tiene cualquiera de estos síntomas debe visitar a su profesional de salud. Después, este doctor, puede enviar a la citada persona a un médico especialista en problemas digestivos. Será éste último gastroenterólogo quien diagnosticará y determinará exactamente el diagnóstico correcto.

  • Diagnóstico



    Para encontrar la causa de los síntomas, se comienza con el historial médico del paciente y un examen físico, complementado con estudios de laboratorio. El paciente puede tener que realizar también uno o más de los exámenes siguientes:
    Análisis de
    sangre fecal oculta, no es enteramente útil, pues un resultado negativo no indica nada y un resultado positivo está presente en un gran número de condiciones además del cáncer gástrico.
    Examen
    gastroscópico.
    Análisis del
    tejido fino anormal visto en un examen con el gastroscopio hecho en una biopsia por el cirujano o el gastroenterólogo. Este tejido fino se envía después a un patólogo para la examinación histológica bajo un microscopio para saber si hay presencia de células cancerosas. Una biopsia, con análisis histológico subsecuente, es la única manera segura de confirmar la presencia de células cancerígenas.
    Un trastorno de
    hiperplasia de la piel, con frecuencia en la axila y la ingle, conocido como acantosis nigricans, comúnmente visto normalmente en personas obesas, por lo general promueve la necesidad de estudios gástricos para descartar cáncer del estómago.